Ninguna mujer merece que la engañen, que la irrespeten, que la humillen. No es justo que te vean la cara... no es justo que te mientan tan descaradamente.
Ningún hombre vale tanto para tener más de una mujer y ninguna mujer vale tan poco para ser una de las tantas.
Es necesario hacerse respetar. Por más que duela, hay que dejar ir a las personas que no te respetaron y valoraron en su debido momento. Hay que dejar ir a personas con doble cara, mentirosas y tóxicas que lo único que buscan o lo único que les causa satisfacción es hacerle daño a los demás. Esas personas que utilizan su infelicidad como excusa para lastimar a otros no merecen tu atención. Enfócate en ti misma y tu felicidad, siempre.
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